Elecciones. El 6 de junio se pidió a más de 93 millones de mexicanos que eligieran 500 representantes federales, 15 de 32 gobernadores, 30 concejos locales y 1,900 ayuntamientos. El presidente mexicano Andrés Manuel López Obrador se convirtió en el protagonista de las elecciones de mitad de período del 6 de junio, marcando la agenda, hablando de las elecciones todos los días y presumiendo de la aún fuerte popularidad.
Aunque su nombre no apareció en ninguna papeleta, la elección más grande en la historia del país se marcó con «AMLO» a la izquierda y a la derecha del número de posiciones. Noticias Internacionales.
El próximo 6 de junio, más de 93 millones de mexicanos están llamados a elegir a los 500 diputados federales, 15 de 32 gobernadores estatales, 30 congresos locales y 1,900 ayuntamientos.
Para los expertos, esta contienda, que ya ha dejado decenas de políticos asesinados y un sinfín de acusaciones entre candidatos, permitirá conocer el desgaste del mandatario mexicano y de su partido, Movimiento Regeneración Nacional (Morena), hoy con mayoría absoluta en la Cámara de Diputados.
Sin enchufe
Desde que asumió el poder en diciembre de 2018, López Obrador arrancó con sus conferencias de prensa diarias, las “mañaneras”.
Desde las 7:00 de la mañana, el presidente expone a lo largo de unas dos horas sus programas de Gobierno, marca agenda y opina de los temas más candentes.
Esta gran exposición del líder del Ejecutivo ha chocado con la veda electoral que le impide promocionar la acción gubernamental y apoyar a candidatos u opinar sobre las elecciones.
Incluso varios partidos lo han denunciado ante la Organización de los Estados Americanos (OEA).
“Todas las mañanas desde Palacio Nacional, haciendo uso y abuso de los recursos públicos, pareciera más el jefe de campaña del partido de Morena que jefe del Estado mexicano y aquí en nuestro país eso no se puede, está claramente prohibido”, dijo Marko Cortés, líder del conservador Partido Acción Nacional (PAN), el pasado 16 de mayo, tras reunirse con integrantes de la OEA.
Pero haciendo oídos sordos, el presidente ha hablado prácticamente a diario de las elecciones. Por ejemplo, denunció el uso de supuestas tarjetas de despensa de algunos candidatos a cambio del voto.
Este tema está siendo investigado por la Fiscalía General en dos candidatos punteros en Nuevo León, pero al ser preguntado si está detrás de la investigación, López Obrador hizo saltar más si cabe las alarmas: “¿Cómo no voy a tener que ver? Claro que sí (…) No podemos ser cómplices del fraude”.
Chocando con el árbitro
Khemvirg Puente, politólogo de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), dijo a Efe que el presidente ha logrado con “éxito” usar “distintas estrategias” para ser “un protagonista” de los comicios.
En abril, López Obrador convirtió el Instituto Nacional Electoral (INE) en blanco de sus ataques tras la decisión del organismo de cancelar la candidatura de Félix Salgado Macedonio, acusado de abuso sexual, y de Raúl Morón, contendiente de Morena en Michoacán.
“Se trata de democracia y de esto voy a opinar siempre”, dijo entonces López Obrador.
Posteriormente, al opinar de las tarjetas, acusó duramente a Lorenzo Córdova, titular del INE. “Él no es demócrata, ya lo ha demostrado lo suficiente”.
En entrevista con Efe, Córdova recordó que la Constitución establece el principio de “imparcialidad” de todos los funcionarios públicos y reconoció que la ley electoral es muy restrictiva y ha creado un “sistema complejo, incluso abigarrado”.
Si tienes “un aparato de comunicación que implica ciertos recursos”, tanto federales como estatales, estos “no se pueden poner a disposición de una causa política en específico”, apuntó.
“El presidente nunca en su vida política ha sido un hombre respetuoso de la ley, ni como líder opositor, ni como jefe de Gobierno de la Ciudad de México (2000-2005), ni como presidente”, agregó Puente, en relación a las acusaciones de fraude de López Obrador tras perder las presidenciales de 2006 y de 2012.
Fuerte popularidad
El presidente mantiene una saludable aprobación, por arriba del 50% en todas las encuestas, pese a la polarización que genera en ciertos ámbitos y a la duras críticas que recibe de la prensa.
“La popularidad del presidente difícilmente se traslada de manera automática al mismo nivel de popularidad o fuerza de su partido”, indicó a Efe Guillermo Valdés, socio director de la consultora GEA.
Valdés, quien coordinó un reciente estudio de opinión ciudadana elaborado por GEA-ISA, indicó que López Obrador tiene una aprobación por encima del 50% en su sondeo, mientras que la intención de voto para Morena es del 30%.
Ello indica un desgaste del oficialismo en los comicios intermedios, pero es algo que ya ha ocurrido en anteriores elecciones.
Para Puente, este elevado nivel de popularidad “sorprende” tras el fracaso de la gestión de la pandemia, pues México es la cuarta nación del mundo por número absoluto de decesos.
No obstante, lo atribuye a la cercanía de López Obrador, lejos de estilos pasados y “faraónicos” de gobernar.
De esta manera, concluyó Puente, “la agenda de la elección intermedia está determinada desde Palacio Nacional, en las mañaneras, y esto beneficia a López Obrador”.
EFE
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