Leche. La leche proporciona una combinación de nutrientes y factores de crecimiento que contribuyen a una nutrición de alta calidad. Es un alimento nutritivo. Esto quiere decir que nos aporta proteínas de alto valor biológico, magnesio, fósforo y otros micronutrientes; macronutrientes, como calcio, hierro y una gran cantidad de factores de crecimiento.
Si por alguna razón no hay amamantamiento, es un buen sustituto para los niños. Por otro lado, la Organización Mundial de la Salud (OMS) afirmó que es un buen alimento para nutrir a personas de escasos recursos económicos.
Según una encuesta llevada a cabo por ÓMNIBUS KANTAR a 1000 mediante entrevistas online a hombres y mujeres mayores de 18 años en 2020, el 97% de los argentinos dice consumir lácteos todos los días, pero la mayoría ingiere entre 1 y 2 porciones. Eso quiere decir que lo hacen por debajo de lo que recomiendan las Guías Alimentarias de nuestro país, que sugieren ingerir 3 porciones por día como parte de una alimentación saludable. Noticias Internacionales.
Solo el 14% de los argentinos dijo consumir las 3 o más raciones diarias recomendadas, lo que indica que un vaso de leche fresca equivale a una ración. En otras palabras, tres tazas al día pueden alcanzar la cantidad ideal para beber.
De todos los lácteos, la leche fluida es sin dudas la más accesible, fundamentalmente por precio, pero también por cantidad de formatos y variedades, y por la posibilidad de consumirla sola o como parte de una receta incorporada a cualquiera de las cuatro comidas.
Sin embargo, el consumo de leche y sus derivados es fundamental durante la infancia y adolescencia, porque el calcio es asimilado hasta los 23 años de edad es el que nuestro cuerpo utiliza para mantener el depósito de este mineral para toda la vida.
El consumo de leche en la Argentina viene cayendo sistemáticamente en los últimos 10 años. Entre 2008 y 2019 el consumo de leche bajó 13%, según un informe elaborado por Economistas de la Bolsa de Comercio de Rosario. Sobre el consumo interno, el informe de la Bolsa de Rosario proyectó que el promedio para todo el país, entre 2008 y 2019, alcanzó los 200 litros de leche por año aproximadamente.
Sin embargo, en plena cuarentena aparecieron algunos datos alentadores. Según el balance lácteo realizado por el OCLA a abril de 2020, el consumo de la población experimentó un alza del 1,8% respecto a igual mes del año anterior, con un consumo per cápita de 56,9 litros de leche equivalente para el primer cuatrimestre del presente año. Esta tendencia arroja una estimación para el año de 184 litros, casi un 1% por arriba del registrado en el año 2019.
Según la FAO (Food and Agriculture Organization), en la próxima década, la producción de leche mundial crecerá un 1,7% anual mientras el consumo lo hará en un 1%. Durante la próxima década (2019-2028), se proyecta que la producción mundial de leche aumentará en un 1,7% por año, según la última perspectiva de la OCDE-FAO, que recoge en un informe AHDB. Para 2028, se pronostica que la producción mundial de leche alcanzará los 981 millones de toneladas.
A pesar de la controversia, parece importante como profesional escuchar y respetar las decisiones de las personas y ayudarlas a comer de la manera más diversa posible, pero creo que estas decisiones deben tomarse con base en información respaldada científicamente y no en creencias falsas. No existe un modelo de alimentación, existen diferentes modelos para responder a la personalización de la alimentación.
Decidas o no tomar leche, es bueno que sepas que desde la ciencia, no hay motivos para demonizarla. Como todo, y de acuerdo a las Guías alimentarias para la población argentina, lo importante es aprender a consumir las porciones adecuadas. Eso es lo que nos permite alcanzar la variabilidad de la que tanto hablamos los nutricionistas.
*Romina Pereiro es licenciada en nutrición MN 7722.
Foto: Franco Fafasuli/ Realización: Lihuel Althabe y Matías Arbotto/ Edición de video: Martín Rodríguez/ Producción: Macarena Sánchez
Con Información de Infobae.