Cristina Kirchner. Alberto Fernández espera evitar un segundo default antes de cumplir dos años. Ese fue el mensaje más contundente de su viaje a Europa, que se limitó a conseguir un apoyo tibio para solucionar los problemas de deuda con el Club de París y el Fondo Monetario Internacional.
El presidente pidió tiempo para negociar con el fondo después y entre las elecciones legislativas para evitar caer nuevamente en default.
Esto suena razonable, si no un detalle: nadie cree que Argentina esté dispuesta a implementar un plan serio para equilibrar las cuentas públicas y las reformas, que ha llevado al país a través de un trágico viaje durante la última década. Noticias Internacionales.
Pero hay algo peor que la desconfianza que el país despierta entre los inversores internacionales y también en quienes dirigen los organismos de crédito, luego de reiterados incumplimientos.
La sospecha es que cualquier definición, en particular en lo que respecta a un acuerdo futuro con el Fondo, deberá primero pasar por el visto bueno de Cristina Kirchner. Por lo tanto, todo lo que exprese Alberto Fernández al menos esta materia tiene un peso relativo.
El Gobierno ya tuvo un primer default el año pasado, que luego subsanó con un acuerdo con el 99% de los bonistas. El resultado fue satisfactorio, pero la nueva deuda cotiza todavía a precios muy bajos y un riesgo país superior a los 1.500 puntos.
La razón principal es que los inversores descreen que estén dadas las condiciones para volver a pagar los vencimientos de deuda a partir de 2025, ante la imposibilidad de acceso a los mercados. Tampoco se generan dólares suficientes para afrontar esas obligaciones.
El gobierno ha tenido que incumplir el contrato por primera vez, lo que ha pagado un alto precio en términos de reputación. Ahora decidieron no entrar en un trato similar, razón por la cual Alberto Fernández decidió negociar en persona. Pero obviamente, para los inversores, sus promesas no son suficientes
Los países acreedores que integran el Club de París estarían dispuestos a darle una prórroga extraordinaria a la Argentina para evitar un nuevo incumplimiento.
El vencimiento de USD 2.400 millones cae a fin de mes, pero se puede extender otros 60 días de gracia. Sin embargo, nada cambiaria sustancialmente desde ahora hasta fin de julio.
El objetivo sería darle un plazo adicional al país para afrontar ese pago, pero debería ir de la mano de alguna señal del Fondo. Todo está aún en veremos.
Con el FMI el panorama es todavía más complejo. Hasta fin de año vencen entre capital e intereses alrededor de USD 4.000 millones.
La falta de un acuerdo previo a las elecciones obligaría a desembolsar los pocos dólares líquidos que quedan en las reservas. ¿Se podrán prorrogar también esos vencimientos para que formen parte de un nuevo acuerdo? Es otra de las incógnitas no develadas.
Martín Guzmán había asegurado en su momento que un default con el FMI “convertiría a la Argentina en un paria”. Se trataría de una situación inédita y casi impensable.
Ni siquiera en la crisis del 2002 se le dejó de pagar al Fondo. Y en 2006 Néstor Kirchner canceló casi USD 10.000 millones que se le adeudaban, siguiendo los pasos de Brasil.
Sin embargo, Cristina Kirchner ha sido más testaruda que su marido en todos los aspectos a lo largo de los años. Hace más de un mes, dejó claro que no apoyaba la firma de un acuerdo de 10 años con la agencia porque el acuerdo era “insuficiente”.
Dado que las características del acuerdo de instalación ampliada que Argentina busca incluyen ese período y un período de gracia de cinco años para comenzar a desembolsar capital, es casi imposible que la agencia sucumbiera. Parece inviable ampliar la definición a, por ejemplo, 20 años.
La decisión de posponer las negociaciones hasta un nuevo acuerdo con el Fondo Monetario Internacional ha traído una serie de inconvenientes. Lo más obvio es que hasta finales de este año, los casi $ 6 mil millones adeudados con la propia institución y con el Club de París permanecieron estancados.
Es un misterio todavía qué quiere negociar Guzmán con el Fondo y hasta dónde le darán rienda suelta. Cualquier acuerdo con el organismo debería incluír un programa con mayor control del gasto, una reducción del déficit y también reformas estructurales que incluyan una reforma impositiva y nuevas reglas para el mercado laboral.
Bendecidos por la soja según Cristina Kirchner
La soja a USD 600 le da al Gobierno un importante margen de acción. No sólo aporta USD 8.000 millones más a la cosecha de este año, sino que además generará una recaudación adicional equivalente a casi USD 3.000 millones.
Según calculó el economista Fernando Marul, las retenciones representarán más de 2% del PBI, un récord histórico.
Quien lo definió de manera llana fue el economista Andrés Borenstein: “No desbarrancamos”. En otras palabras, es posible llegar a noviembre (la nueva fecha electoral) sin grandes sobresaltos cambiarios y la expectativa de una recuperación gradual si la inflación empieza a ceder.
¿Alcanza para ganar las elecciones legislativas? Nadie lo sabe, pero ayudar al Gobierno a llegar un poco menos apremiado y sobre todo con un programa mucho más avanzado de vacunación.
Es imposible, no obstante, hacer este tipo de cálculos lineales y mucho menos en la Argentina. En el segundo semestre la economía también deberá enfrentar grandes desafíos.
El ingreso de dólares proveniente de la soja se reducirá sensiblemente y habrá mayor búsqueda de cobertura en moneda dura ante la incertidumbre electoral. Guzmán pudo sofocar un intento de rebote que tuvo el “contado con liquidación” hace un par de semanas, pero las próximas presiones seguramente serán todavía más intensas.
Recientemente, ha habido rumores de que los bonos y acciones locales han provocado una respuesta positiva a los rumores de que el Club de París retrasó el pago y evitó el incumplimiento. Pero el mercado está esperando elecciones para determinar una ruta más clara. Ya nadie quiere arder con Argentina
Sobre el cierre de la gira presidencial a Europa tanto los bonos como las acciones argentinas mostraron una reacción favorable. Fue la reacción ante los rumores de un posible acuerdo para “patear” para más adelante el pago de la deuda con el Club de París, clave para evitar un nuevo default.
Nunca tan baratos, tanto tiempo
Pero no será fácil que se mantenga la tendencia alcista. El principal argumento de los que deciden poner nuevamente un pie en activos locales tienen pocos argumentos para justificar el optimismo.
Pero la principal consideración es que los activos argentinos “nunca estuvieron tan baratos por tanto tiempo”. Es decir una apuesta a una recuperación basada en precios históricos. Cristina Kirchner
La clave estará en las encuestas y finalmente en las elecciones legislativas. En la medida que el resultado apunte a una mayor paridad de fuerzas entre el Gobierno y la oposición es posible que el rally de las últimas jornadas tome todavía más envión. Si en cambio todo apunta que se repita un resultado que se acerque al de 2019 puede sobrevenir un mayor bajón aún.
Si Alberto Fernández (Alberto Fernández) aún no logra es revertir el pesimismo que estableció cuando ganó las PASO. Además, en los últimos dos años, ha logrado el logro opuesto. Hoy, la persistencia de la inflación es un testimonio de las esperanzas para el futuro de la economía argentina, mientras las tensiones políticas en la alianza siguen calientes.
Para aquellos inversores que apuestan por Argentina una y otra vez y ahora no quieren caer en las trampas habituales, el peso es demasiado.
Con información de infobae.
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