Un evento misterioso sucedió en el pequeño pueblo de San Carlos en Mendoza, Argentina. Ese día, un adolescente jugaba fútbol con sus amigos cuando la pelota cayó en la tumba de Eugenio Bustos.
Entonces el niño decidió saltar el muro y entrar al cementerio para encontrarla, pero nunca regresó. El extraño incidente ocurrió cerca de la esquina de las calles Capitán Cobos y Libertad en el este de la ciudad de Mendoza.
Cuando entraron al cementerio, lo único que encontraron fue la pelota. El caso se conoció luego de que se hiciera una llamada al 911.
El joven entró al cementerio en busca de la pelota, pero el menor desaparecería sin dejar rastro luego de que su amigo escuchara una serie de gritos. Según fuentes oficiales, el amigo del menor que hizo la llamada de emergencia dijo haber visto a «Chucky», «el nombre de la persona desaparecida», unos días antes, y agregó que la primera vez que lo vio vestía de oscuro ropa, una pelota de fútbol.
El fútbol también es muy oscuro. Además, agregó, lo único que sabe de él es su apodo. Según el testigo principal, un amigo de Chuqui, el adolescente estaba jugando con una pelota y en un momento la pateó hacia el cementerio.
Después de que él fue quien dejó caer la pelota, se ofreció a ir a buscarla. Para ello saltó el muro de dos metros de altura que separa el cementerio, en ese momento sus compañeros escucharon algunos gritos, pero nunca más supieron de él.
Se llamó a la policía después de un retraso extraño y prolongado que preocupó a sus amigos y familiares. Según los registros del agente, no había ningún vigilante nocturno en el cementerio, y después de una búsqueda en el área, las tropas no pudieron localizar al joven. La Fiscalía ordenó una investigación para saber qué sucedió.