Haitianos. Desde el miércoles, República Dominicana ha anunciado la implementación estricta de una serie de barreras a los trabajadores indocumentados, lo que ha puesto en suspenso a miles de haitianos y a las empresas que emplean a estos inmigrantes.
El gobierno dominicano le ha dado a las empresas tres meses para cumplir con las leyes laborales y migratorias, especialmente la normativa que estipula que el 80% de la fuerza laboral debe ser dominicana, la normativa está vigente desde 1992, pero aún muerta. Noticias Internacionales.
El anuncio, realizado en la noche del martes, causó alarma principalmente en la agricultura y en la construcción civil, sectores en los que buena parte de la mano de obra está compuesta por inmigrantes haitianos en situación irregular.
La decisión se produce en paralelo, además, a la crisis migratoria desatada en todo el continente a raíz del éxodo que están protagonizando los haitianos residentes en Chile y Brasil hacia la frontera sur de Estados Unidos, y mientras Haití está sumergido en su crisis más grave en una década.
MANO DE OBRA HAITIANA
La vecina República Dominicana de Haití en la isla Hispaniola es uno de los principales destinos de los inmigrantes haitianos, quienes han realizado muchos trabajos rechazados por los dominicanos, especialmente la agricultura y la construcción.
Un 29 % de los trabajadores de la construcción en República Dominicana son haitianos, al igual que un 28 % de los empleados en la agricultura, según un estudio publicado el año pasado por el Instituto Nacional de Migración (INM) y por la Organización Mundial para las Migraciones (OIM).
Según estimaciones de la Asociación para la Construcción y Promoción de la Vivienda (Acoprovi), la mano de obra extranjera llega al 60 % en la primera etapa de la construcción de los edificios, pero ese porcentaje desciende en la fase de acabado, en la que se requiere un mayor nivel de cualificación.
Sin embargo, en cualquier edificio residencial en obras en la capital dominicana, el único idioma que se oye hablar entre los trabajadores es el creole.
AGRICULTURA CON INMIGRANTES
Manuel Matos, director de la Asociación de Productores Agrícolas del Valle de San Juan, una de las zonas agrícolas más prósperas del país, dijo a Effie que el panorama del campo es muy similar, donde el 95% de la faena son haitianos.
Matos aseguró que “jamás” se va a cumplir el límite de 20 % de trabajadores extranjeros que marca la ley, porque los jornaleros dominicanos se han ido a los pueblos a trabajar de taxistas en moto, a pesar de que los salarios en el campo son incluso “superiores” a los que se pagan en la ciudad.
Los productores de la zona, apunta Matos, defienden que el Gobierno lleve a cabo un proceso de regularización, de manera tal que los haitianos no tengan el riesgo “de ser apresados cada vez que salgan a la calle” y el agricultor no se quede sin mano de obra.
UNAS NORMAS DURAS
Sin embargo, las regulaciones anunciadas por el gobierno el martes consideran endurecer los controles e imponer sanciones a los empresarios que incumplan después de un período de gracia de tres meses.
Las autoridades dominicanas también anunciaron que impedirán el ingreso al país de mujeres embarazadas de más de seis meses, para evitar que sobrecarguen el sistema público de salud.
El coordinador del colectivo #HaitianosRD, Roudy Joseph, dijo a Efe que, con estas medidas, el Gobierno trata de usar a la comunidad haitiana como “chivo expiatorio” de las críticas que recibe por las carencias en la seguridad pública o en salud pública.
“Esto va generar más estigmatización, es un camino peligroso, porque no solamente se va a perseguir a las mujeres que entran sino a las que están aquí. Esto roza con el fascismo”, afirmó.
Estas medidas se suman al plan del presidente dominicano Luis Abinader de comenzar a construir un cerco fronterizo antes de fines de este año, mediante el cual pretende frenar la inmigración ilegal, el narcotráfico, el contrabando y el robo de vehículos.
Con información de EFE