Jhon Javier Betancour es el patrón «El Patrón» de Don Matías en Antioquia. Engañó a más de 100 jóvenes de escasos recursos para que se reunieran con él en España. Trabajen juntos y amenacen con que si no siguen sus órdenes lastimarán a sus familiares .
Esta semana se conoció la noticia de que la Policía de España logró desmantelar una red de tráfico de drogas y trata de personas que operaba en Madrid y que estaba liderada por un colombiano considerado el Pablo Escobar de Don Matías (Antioquia), desde donde captaba jóvenes para que trabajaran en el negocio de la ‘telecoca’ (droga a domicilio) en la capital del país europeo.
Jhon Javier Betancour, alias ‘Milagros’, era el jefe de la banda y fue uno de los 39 capturados por las autoridades españolas tras un trabajo de investigación que inició en el 2019. Dos días después de su arresto, un magistrado de ese país ordenó el ingreso de Jhon Javier Betancour y otros 10 delincuentes a prisión. Noticias Internacionales.
En cuanto al alias «Milagros», se informa que es un colombiano de 52 años que vive en España desde hace 15 años, sin embargo, hace 15 años Bettencourt fue rápidamente detenido por las autoridades del país por cargos de narcotráfico y encarcelado por 10 años. Después de obtener la libertad, Milagros estableció hace cinco años una organización criminal para distribuir drogas en Madrid.
Para realizar su actividad criminal, el colombiano se hizo con 20 viviendas en la capital de España y contaba con alrededor de 200 repartidores que llevaban la mercancía a cerca de 10 mil clientes que tenían en la ciudad.
Los repartidores de ‘milagros’, en su mayoría, eran jóvenes colombianos que eran traídos por el mismo delincuente desde Don Matías, una zona de Antioquia, donde se ganaba el cariño de los pobladores y era conocido como el Pablo Escobar del lugar.
Según contaron algunas fuentes a la agencia de noticias EFE, Jhon Javier Betancour vivía una doble vida; en Don Matías, Antioquia, era un terrateniente que adquiría parcelas, daba trabajo a los más jóvenes y era conocido como Milagros o El Patrón, mientras en Madrid era menos ostentoso para pasar desapercibido, siendo un ciudadano de clase media con un pequeño apartamento en el distrito de Hortaleza.
Al mejor estilo de la ‘Hacienda Nápoles’ de Pablo Escobar, en esa zona del departamento antioqueño el delincuente poseía la finca llamada ‘Torino’ (Turín en italiano), en la cual tenía ganado, caballos y a la cual recientemente le había añadido más parcelas que había adquirido.
Tomás Santamaría, responsable del Grupo VI de la Brigada española de Extranjería y Documentación, estuvo tras los pasos de Jhon Javier Betancour desde 2019 y aseguró que el sujeto “tenía una gran paranoia por la prudencia”.
Los jóvenes colombianos que trabajaban para Jhon Javier Betancour también eran sus víctimas, pues fueron sacados del país con engaños y promesas de un mejor estilo de vida en España.
Se sabe que ‘Milagros’ buscaba jóvenes en Don Matías que fueran de bajos recursos y tuvieran pocas expectativas de estudiar o conseguir un buen empleo. Los atraía con sus lujos y presunta amabilidad en un bar del municipio llamado, coincidencialmente, ‘La Española’.
Jhon Javier Betancour les prometía a los jóvenes que si se iban con él a España se les iba a garantizar un buen estilo de vida a ellos y sus familias.
Como los ingenuos muchachos no tenían los recursos para dejar el país, el delincuente les costeaba todos los gastos y la manutención por los primeros días de estadía en el país europeo, luego la historia de cuento de hadas donde ‘Milagros’ era el hada madrina terminaba.
A los muchachos se les informaba que tenían que devolverle a Jhon Javier Betancour el dinero de su viaje y manutención, además, que debían aportar a los gastos del lugar y, en caso de no querer hacerlo, los familiares que habían dejado en Don Matías sufrirían las consecuencias.
Las autoridades españolas determinaron que fueron más de 100 jóvenes colombianos los que cayeron en las redes de ‘Milagros’ y que no lo denunciaban por miedo, trabajaban para él con la intención de pagar una deuda que era básicamente imposible de saldar, pues cada día aumentaba.
Los investigadores también establecieron que, para hacer que los jóvenes se radicaran en el país europeo, los hacían casarse entre ellos.
Los jóvenes se distribuyen entre las 20 casas de Jhon Javier Betancour en Madrid, que se encuentran estratégicamente ubicadas para distribuir drogas por toda la ciudad.
Estas casas se utilizan como oficinas de centros de llamadas, desde donde el personal de entrega recibe las llamadas de los clientes y envía las mercancías a sus hogares.
Durante la investigación, los agentes constataron que la red utilizaba diversos métodos de ocultación de la droga en los transportes, llegando a esconderla en dulces, peines o en el interior de teléfonos móviles.
Gracias a la cooperación de 10 víctimas, estas víctimas son testigos, y están protegidas por actos de represalia con sus familiares en Colombia, realizando así acciones efectivas.
En los registros se incautaron más de dos kilogramos de cocaína, más de 100.000 euros en efectivo, diversos documentos y libros de contabilidad, y 50 terminales telefónicas que aseguraban el efectivo tráfico de drogas.
Con información de infobae.
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