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Noticias Internacionales

El gobierno Argentino prevé vacunar a toda la población mayor de 18 años antes de fin de año

mayo 29, 2021
Vacunar

Vacunar. El gobierno comenzó a deshacerse de uno de los mayores problemas encontrados en la lucha contra el COVID-19 a principios de año: la falta de vacunas. La semana pasada llegaron a Argentina 2.785.200 dosis de vacuna, cifra inimaginable hace un mes. Durante junio, la campaña de vacunación comenzará el día de Navidad de 2020, con el mayor número.

Piensan que en Casa Rosada entrarán en una nueva etapa a partir de este fin de semana, en la que conseguirán conseguir de 8 a 9 millones de dosis mensuales. Noticias Internacionales.

Con tal dosis, la dificultad que tendrá que enfrentar el oficialismo ya no será la disponibilidad de vacunas, sino la capacidad logística de que todas las provincias deben poder aplicar la cantidad de dosis en el plazo de un mes.

Antes de que comenzara la pandemia, aproximadamente 3 millones de personas en Argentina eran vacunadas cada mes. En abril de este año, 4.393.725 millones de personas fueron vacunadas contra el coronavirus.

En el primer paso, el Ministerio de Salud, liderado por Carla Vizzotti, estima que pueden actualizar a un total de 6 millones de aplicaciones por mes. Esta será una velocidad aceptable.

Sin embargo, pueden dar un paso más y reorganizar el sistema de vacunación, aumentar los centros de vacunación y aumentar el número de organizaciones y vacunaciones.

Para el gobierno, habrá desafíos logísticos en junio, lo que significa forzar a todo el sistema de vacunación a utilizar las dosis disponibles.

Un funcionario nacional que sigue de cerca el proceso le aseguró a Infobae que es posible “ampliar la cantidad de vacunatorios y los horarios para poder alcanzar un ritmo de aplicación de entre 7 y 8 millones de dosis mensuales”. En la coordinación final de ese plan de acción están involucrados los gobiernos provinciales. Es un rompecabezas.

En la primera semana de mayo en Argentina, se vacunaron 236.764 personas en un día. 6 millones de dosis se dividen en 28 días, para un total de 214.000 dosis por día.

En base a esos números en el Ministerio de Salud consideran que, exigiendo el sistema en todo el país, van a poder llegar a poner cerca de 300.000 dosis diarias, lo que implica más de 8.000.000 por mes.

Las dificultades aparecen en la distribución de las dosis. Desde que desembarcan en Ezeiza hasta que son distribuidas a las provincias pasan 48 horas. Luego son al menos dos días más para que los gobiernos provinciales las repartan en las diferentes localidades. Ese tiempo genera un delay en la frecuencia de vacunación.

A partir de ahora, lo que debe lograr el gobierno es repostar el transporte de la dosis para que nunca se interrumpa la distribución. De esta forma, cada ciudad o pueblo del interior puede tener una vacunación permanente. Cuando esta cadena sea eficaz, se reducirá el tiempo de vacunación y se aumentará la dosis administrada.

El gobierno nacional ya hizo cuentas para saber en cuánto tiempo podrían vacunar a toda la población mayor de 18 años, debido a que las vacunas no están aprobadas para menores de esa edad.

Consideran que antes de fin de año, incluso antes de llegar a diciembre, cerca de 24 millones de personas tendrían puesta una sola dosis en el país.

Con la cantidad de dosis que llegarán a la Argentina mensualmente, el Gobierno espera vacunar con una sola dosis, antes del 21 de junio, día en que empieza el invierno, a las 14.492.299 que forman parte de los grupos de riesgos. De ahí en adelante quedarían por vacunar a los 10 millones de personas restantes.

El plan de acción es ir completando la segunda dosis de los grupos de riesgo durante los meses del invierno y avanzar, en paralelo, con las primeras inoculaciones en el resto de la población.

Aún no está definido si después de la población objetivo, como denominaron a los grupos más expuestos ante el virus, se vacunará a todos los trabajadores esenciales. Es decir, a las categorías que estuvieron habilitadas a trabajar desde que comenzó la pandemia.

Según indicaron fuentes de la cartera de Salud a este medio, la intención es que esa decisión la tome el Consejo Federal de Salud, el órgano que aglutina a todos los ministros de Salud del país, y que la medida sea parte de un consenso sanitario que exceda cualquier discusión política.

En la provincia de Buenos Aires Axel Kicillof tiene el objetivo inmediato de empezar a vacunar a 115.000 personas por día. 

Se hará en la misma cantidad de centros que están dispuestos al día de hoy y que, debido a la cantidad de dosis disponibles, están trabajando al 70% de su capacidad. “A partir de ahora estarán al 100%”, indicaron desde la cartera sanitaria bonaerense.

En promedio, el gobierno de Kicillof estaba vacunando 60.000 personas por día. La cantidad de dosis que llegaron y que el gobierno proyecta que lleguen con regularidad a partir de ahora lo obligó a trazar un nuevo objetivo: duplicar la cantidad de inoculaciones diarias. 

“En 10 días podemos vacunar a 1 millón de personas”, aseguraron en La Plata, donde en la semana que arranca ya asignaron casi el doble de turnos que la anterior.

En la ciudad de Buenos Aires el gobierno de Horacio Rodríguez Larreta ha llegado a vacunar a 20.000 personas en un día. Estiman que, con dosis disponibles para mantener un ritmo de vacunación parejo, van a poder romper esa barrera y llegar a 30.000 por día. Todos los gobiernos deberán ajustar la logística para vacunar al mayor ritmo posible. Más vacunas hoy son menos internados en terapia mañana.

La provincia de Buenos Aires y la Ciudad Autónoma de Buenos Aires son dos de los distritos más poblados de país. Si avanzan con la vacunación al ritmo que proyectan, la inmunización nacional estará más cerca de concretarse.

Según datos de la agencia pública de vigilancia de la vacunación, el gobierno de Buenos Aires ha vacunado a 821.996 personas con una sola dosis.

Aproximadamente 3.000.000 de personas viven en la capital federal. Mediante la vacunación rápida de invierno, pueden lograr la inmunidad colectiva en un corto período de tiempo.

Negociaciones entre el gobierno y los laboratorios

Todo el plan de acción que el Gobierno tiene estipulado depende de la cantidad de vacunas que lleguen al país y el momento en que lo hagan. El cronograma y el cumplimiento de los laboratorios son la clave del éxito.

A diferencia de los primeros meses del año, en la actualidad Alberto Fernández tiene mayores precisiones sobre la cantidad de dosis que cada laboratorio le enviará en los próximos meses y cuáles son las negociaciones que están abiertas, avanzadas en algunos casos, pero que no darán frutos en el corto plazo.

La vacuna Sputnik V ingresará al país a partir de junio, y su regularidad no está disponible en los cuatro meses anteriores. El gobierno asegura que se toman de 800.000 a 1.000.000 de dosis cada mes. De este total, un porcentaje menor provendrá de la segunda dosis. La vacuna rusa es la única vacuna que tiene una composición diferente en la segunda dosis de la primera dosis.

En Balcarce 50 repiten, en público y en privado, que todos tendrán segundas dosis. Es decir, que se completará el ciclo de vacunación con la demora de tres meses que fue acordada entre los ministros de salud de todo el país.

Argentina tiene firmado un contrato con Rusia por 30.000.000 de dosis, hasta el momento llegaron al país 8.115.745. De ese total, 6.975.585 son del componente 1 y 1.140.160 del componente 2.

Del Fondo Covax, Argentina recibió 1.286.400 de las 9.000.000 que le deben llegar. El Gobierno no tiene fecha concreta del arribo de esas vacunas. No puede contar ese detalle porque la gestión no depende de ellos, sino de cuando el fondo libere las dosis. Hasta el momento las que vinieron son de AstraZeneca, pero también pueden llegar de otros laboratorios.

La vacuna de AstraZeneca, desarrollada por la Universidad de Oxford, y que es producida en conjunto por Argentina y México, llegó al país el último lunes. Después de dos meses de demora, arribaron 843.600 dosis de las 22.431.000 del contrato que Fernández firmó con el laboratorio. 

Con el primer embarque se empezó a vacunar a los docentes, ya que no estaban habilitadas para mayores de 60 años. Una vez que la ANMAT las autorizó empezaron a colocarse a las personas que integran los grupos de riesgo. Los 6 millones del nuevo contrato llegarán entre junio y julio.

Una de las principales apuestas para el mes próximo es la producción del laboratorio argentino Richmond, que empezó a fabricar la vacuna Sputnik V en el país. La empresa que preside Marcelo Filgueiras está esperando que el Instituto Gamaleya de Rusia le envíe el principio activo para poder completar el envasado y liberar las dosis.

El laboratorio estima tener 1.000.000 de dosis por mes desde junio hasta diciembre, aunque podría superar ese techo de acuerdo a la escala de producción que logre y los tiempos de cumplimiento de Rusia en el envío del componente central de la vacuna. En Balcarce 50 hay cautela pero creen que van a contar con esas dosis a partir de junio.

Durante la última semana, el jefe de Gabinete, Santiago Cafiero, confirmó el acuerdo con el laboratorio chino CanSino. Se avanzó en la redacción del contrato que, según estiman en el Gobierno, será firmado el próximo mes. “No tenemos cerrado ni la cantidad de dosis que vamos a poder comprar ni el cronograma de entrega”, indicaron fuentes que siguen la negociación.

En paralelo a la llegada de vacunas de los laboratorios con los que están cerrado los acuerdos, hay negociaciones abiertas en cinco frentes diferentes. Avanzan las negociaciones con el laboratorio Moderna pero en el Gobierno advierten que no prosperará hasta que Estados Unidos levante la barrera para poder empezar a vender dosis a los países más afectados por el coronavirus.

Lo mismo ocurre con el fabricante de vacunas de Johnson & Johnson, Janssen. Sin embargo, a diferencia de Moderna, en Casa Rosada insisten en que «las negociaciones van bien» y que terminarán en poco tiempo. Cuando la administración de Joe Biden comience el juego, la vacuna Janssen barrerá el país.

También están abiertas las negociaciones con el laboratorio chino que produce la vacuna Sinovac, que adquirieron Chile y Uruguay, y que fue criticada por el gobierno argentino debido a su baja efectividad, cercana al 50%.

Al día de hoy, reconocen que “las puertas están abiertas” para la llegada de esa vacuna pero que el laboratorio ofreció un cronograma de entrega para después del invierno. No son dosis con las que puedan contar para darle volumen al operativo de vacunación.

Respecto a la compleja y frustrada negociación con Pfizeren el Gobierno reconocen que el diálogo con las autoridades de la compañía está activo, pero no quieren dar detalles para evitar caer nuevamente en el pantano de las diferencias. “Hay buena voluntad de ambas partes, pero no hay definiciones por el momento”, aseguraron.

Por último, pero sin proyección de tener novedades para el próximo cuatrimestre, aparece Cuba y dos de las cuatro vacunas que están desarrollando: la Abdala y la Soberana 1.

Carla Vizzotti y la asesora presidencial Cecilia Nicolini viajaron esta semana a la isla para tomar conocimiento de la escala y el tiempo de producción, y las posibilidades de contar con esas dosis este año. “Es un proyecto a mediano plazo”, sostienen en el Gobierno.

Un funcionario que forma parte del círculo chico del gobierno nacional resumió en una frase la sensación que tienen en Balcarce 50 sobre la mirada crítica que existe en el universo político y mediático sobre la gestión de las vacunas. 

“Ni éramos tan malos antes, ni somos tan buenos ahora”, resumió. Cuando cerró la puerta de su despacho esbozó una leve sonrisa y miró hacia la ventana. Estaba atardeciendo.

Con información de infobae.