Una niña que vive cerca del Estadio Olímpico Félix Sánchez quiso asistir al concierto de Karol G y, aunque no pudo estar presencialmente, decidió escuchar y cantar sus canciones en la azotea del departamento donde vivía.
La niña estaba llena de entusiasmo y pasión, disfrutando de cada melodía que resonaba en el estadio. A través de sus voces, sintió la energía y la emoción del concierto. Sus sueños y emociones se fusionan con la letra de la canción interpretada por Karol G.
Aunque no pudo unirse a la multitud que cantaba cada verso, la niña encontró su espacio en la cima y su voz se unió al coro invisible de admiradores. La música trascendió las barreras físicas y llegó a su corazón, recordándole su magia y poder transformador.
Su amor por Karol G le permite disfrutar de experiencias únicas en casa, donde cada nota resuena como un eco de felicidad y conexión.